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En manos de tres demagogos

Trump, López Obrador y Jair Bolsonaro se llaman las tres grandes desgracias de América en tiempos de coronavirus, porque gobiernan tal como son, populistas que desprecian la ciencia y el conocimiento.

Nuestro Presidente remarcó su aversión por la ciencia al quitarle fondos y acusar a los científicos de ladrones y emisarios del porfiriato.

La pandemia salió de Asia y se instaló en América, donde tres populistas gobiernan las naciones más pobladas del continente.

Son tres machistas que desafiaron al coronavirus y aunque a ellos no les haya pasado nada, sus gobernados pagan las consecuencias con muerte, incertidumbre y desempleo.

Por ellos votaron, eso es lo que tenemos. Qué desgracia.

Ninguno de los tres tomó en serio el problema, y más de 50 por ciento de los muertos en el mundo por Covid-19 esta semana fueron en Estados Unidos, México y Brasil.

En infecciones diarias, América Latina superó, con AMLO y Bolsonaro a la cabeza, a Europa y Estados Unidos juntos.

Bolsonaro se burló de los preocupados por el coronavirus y la sana distancia: “Estoy cometiendo un crimen. Voy a hacer un asado en casa. Charlaremos con algunos ministros, algunos empleados que están acá mi lado”, dijo a la prensa.

Para Trump, no había de qué preocuparse pues el coronavirus se iba a frenar con el calor. Recomendó inyectarse cloro si tanto les preocupaba.

Hoy lleva más de cien mil muertos y cavan fosas en lugares públicos para enterrar gente. Más de 40 millones de ciudadanos estadounidenses han solicitado hacer efectivos sus seguros de desempleo, pues se quedaron sin trabajo.

López Obrador dijo que los mexicanos eran resistentes a las epidemias. Sacó una estampa y dijo: “¡detente enemigo!”, y un trébol de cuatro hojas. Suficiente.

Del 26 de abril, día en que AMLO declaró ‘domado’ al coronavirus, a la fecha, se han concentrado más de 80 por ciento de las muertes por la epidemia en México.

López-Gatell informó el 4 de mayo que el número de muertos por la pandemia en México sería inferior a seis mil. Ya van más de nueve mil fallecidos oficialmente, porque el número real se desconoce.

Y el señor como si nada. No se puede equivocar, por tanto. ¿Qué médico es ese?

Es un médico que falló en el diagnóstico al minimizar la pandemia, desde que llegó el Covid-19 a México. Y a partir de ahí no hay remedio.

No tienen la menor idea de lo que están haciendo.

El modelo desarrollado por el científico Youyang Gu, del Tecnológico de Massachusetts, proyecta entre 132 mil y 212 mil muertos en México para el 1 de septiembre.

¿Dónde está la verdad? López-Gatell ya demostró que no sabe. Está perdido. Y el Presidente lo respalda con el estribillo de “¡no estás solo! ¡no estás solo!”.

Pobre México y pobres de nosotros, estamos a merced de populistas, ambiciosos y autoritarios. Como Trump y Bolsonaro, sus almas gemelas.

La Secretaría de Salud medía la letalidad al comparar el número de infectados con el número de fallecidos (como se hace internacionalmente). AMLO se enojó porque perdió una discusión con Reforma y mandó cambiar el método: fallecidos por millón de habitantes… que no sabemos si están contagiados o no, porque no se hacen pruebas.

Bolsonaro corrió a su ministro de Salud porque no le gustaban las malas noticias que daba.

Trump recortó los presupuestos de las áreas de investigación y prevención de infecciones, y desmanteló la infraestructura creada por Obama para garantizar que los brotes no se conviertan en pandemia (como el ébola y el zica).

El gasto que creció, como nunca en una década, fue en armas para ‘defensa’, que no han usado, y le quitó dinero a prevención de epidemias… una de las cuales ya le ha matado a 100 mil en dos meses.

No quiere gastar en pruebas, que nos indicarían dónde estamos parados y si es posible reabrir o no, o cuándo.

Trump, AMLO y Bolsonaro, tres desgracias para América.

Uno dice que su corazón late a la izquierda y los otros dos que late a la derecha, pero son la misma cosa. Así nos está yendo.

En México habrá, además, hambre.

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