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Fechas inaceptables para negociar el TLC

La fecha de arranque de negociaciones del Tratado de Libre Comercio dada a conocer por el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, puede ser parte de la negociación misma. Bluff, pues.

Ojalá y sea eso, bluff, pues sería fatal para el TLC que se mezclaran las negociaciones con las campañas electorales en México y Estados Unidos.

Y lo que dijo Ross a Bloomberg es que la negociación del TLC iniciará a fines de este año y sus resultados se verán en un año. Es decir, al terminar 2018. Peor imposible.

La decisión afectaría a México y Estados Unidos, pues prácticamente cancelaría el TLC que ha sido positivo para los dos países, más Canadá.

Pocas cosas hay más taquilleras para una campaña electoral en México que pelearse con Estados Unidos, especialmente después de las ofensivas retóricas de Trump contra nuestro país.

Y ya se vio que en Estados Unidos da muchos votos echarle la culpa a los mexicanos de sus rezagos.

¿Cómo negociar un TLC cuando hay elecciones presidenciales en México y legislativas en Estados Unidos? Sencillamente no se puede.

Las negociaciones tienen que arrancar a mediados de este año, y tenerlo terminado en diciembre o enero.

De lo contrario, no hay manera.

Eso lo saben los negociadores de Estados Unidos y seguramente por eso aprietan con las fechas a México.

Poner el TLC en el centro de las campañas electorales es condenarlo a muerte.

En las campañas del próximo año aquí en México va a prevalecer un lenguaje hostil hacia Estados Unidos porque eso reditúa votos y simpatías.

A la cabeza de las encuestas tenemos al candidato populista que se ha opuesto al Tratado de Libre Comercio.

Del lado estadounidense el jefe de campaña de los republicanos para las elecciones legislativas el año entrante será Donald Trump.

Y lo que le ha dado votos a Trump es culpar a los extranjeros de los males de Estados Unidos. ¿Qué va a decir en campaña? ¿Lo contrario? ¿Que ya lo pensó bien y siempre sí es bueno el libre comercio con México?

Hasta Bill Clinton en su campaña presidencial se opuso, por estrategia, al TLC (NAFTA), y ya como presidente reconsideró.

O sea que no tendremos buen ambiente para el TLC en Estados Unidos de parte de nadie durante el próximo año. Hay elecciones y es prioritario retener el poder.

En México habrá una presión fuerte al gobierno para echar por la borda el TLC y que su partido gane puntos en las encuestas. Si no lo hace, los puntos los va a ganar el otro, el enemigo del libre comercio.

Si se dan los plazos de Ross, para el año de la negociación del TLC tendremos a los dos principales líderes políticos de Estados Unidos y de México en campaña contra el libre comercio.

El candidato populista en México ha culpado a la modernización del país –nacida del libre comercio– de los males de nuestra economía y propone un regreso al pasado.

Y en Estados Unidos el presidente dice que el TLC es el peor tratado comercial que se haya firmado jamás.

Malas noticias. Salvo que haya sido bluff, o que México, como parte interesada, no acepte las fechas puestas por Estados Unidos.

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