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La cumbre de la ‘fatiga ideológica’

El apretón de manos entre el presidente Obama y el gobernante cubano general Raúl Castro no fue el único síntoma de un cambio de vientos políticos en la Cumbre de las Américas: gran parte de la región dio muestras de una creciente fatiga ideológica, y de un nuevo anhelo de pragmatismo.

La economía latinoamericana está pasando por uno de sus peores momentos de los últimos 15 años, tras el desplome de los precios de las materias primas, según datos de las Naciones Unidas. Y con China pasando por una desaceleración económica, Rusia en bancarrota y Europa estancada, muchos países latinoamericanos ven el crecimiento de la economía estadounidense como su mejor apuesta para aumentar sus exportaciones y buscar nuevas inversiones.

Venezuela no logró un consenso para una declaración final de la cumbre que condenara el reciente decreto ejecutivo de Obama negando visas de entrada a Estados Unidos y congelando los depósitos bancarios de siete figuras del gobierno venezolano acusados de violaciones de derechos humanos y corrupción, según dijeron funcionarios panameños horas antes de finalizar el evento.

En segundo lugar, tras una declaración conjunta de 26 expresidentes latinoamericanos y españoles que criticaron a los gobiernos de la región por su silencio cómplice ante el encarcelamiento de líderes de la oposición en Venezuela, varios jefes de Estado tomaron cierta distancia de Maduro en materia de derechos humanos.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff dijo en una entrevista con Patricia Janiot de CNN en Español que “Nosotros no creemos que la oposición debe ser encarcelada, a menos que haya cometido un delito”, en Venezuela.

En tercer lugar, los presidentes del Caribe y Centroamérica, la mayoría de cuyos países dependen en gran medida de los subsidios petroleros de Venezuela, se reunieron separadamente con Obama durante el viaje del presidente de Estados Unidos a Jamaica y Panamá, en las que solicitaron ayuda estadounidense para resolver sus problemas energéticos.

“Por primera vez en los últimos años Washington está llevando a cabo una diplomacia inteligente, que comenzó con el anuncio de una normalización de las relaciones con Cuba”, dice José Miguel Vivanco, del grupo de derechos humanos Human Rights Watch.

“Eso ayudó a desarmar el clima antiestadounidense que habíamos visto en cumbres anteriores”.

Mi opinión: Hay un cambio de los vientos económicos en América Latina, que se está traduciendo — de manera lenta, pero segura — en un cambio de los vientos políticos.

Antes de la cumbre, muchos pensaban que Maduro se robaría el “show” obteniendo un respaldo masivo para una declaración final que rechazaría las sanciones de Estados Unidos a los siete funcionarios venezolanos. Pero Maduro no lo logró.

En cambio, el apretón de manos entre Obama y Castro en la noche de apertura de la cumbre — aunque signado por la frialdad y la desconfianza — fue el centro de atención de todos.

Puede ser el símbolo de un nuevo pragmatismo en las relaciones interamericanas, forzado por la nueva realidad económica mundial.

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