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Rey Sisolak prohíbe innecesariamente que fans acudan a South Point 400

Debería haber fans en las gradas para ver la carrera South Point 400 de la NASCAR de este domingo. Es el último ejemplo de cómo los absurdos edictos reales del Rey Steve Sisolak están aplastando la economía de Nevada.

Las Vegas Motor Speedway es enorme, tiene capacidad para 80 mil personas. Su presidente, Chris Powell, pidió permiso a “Su Majestad” para permitir que sólo ocho mil fans entraran al recinto. Eso sería el 10 por ciento de la capacidad. Para comparar, los casinos y centros comerciales al interior están abiertos al 50 por ciento de su capacidad.

Esta debió haber sido una decisión fácil. Los aficionados a las carreras habrían estado al aire libre, lo que según los expertos es más seguro que estar en interiores. El local habría estado a una capacidad menor que otros negocios que el gobernador permite operar. Además, Powell dijo que los aficionados habrían estado separados por 20 pies.

Científicamente, no tiene sentido no permitir que algunos asistentes acudan al evento en persona mientras se permiten estas otras actividades, pero los reyes no se permiten preocuparse por pequeñas cosas como la ciencia. “Su Alteza” les dijo que no.

“Estoy muy decepcionado con nuestro gobernador”, declaró Powell la semana pasada después de la decisión. “Hemos trabajado entre bastidores a través de todos los canales que conocemos. Incluso he hablado con el gobernador. Hace dos miércoles, le expresé lo importante que era esto para mí y para el Speedway. Me prometió que me llamaría… dentro de 48 horas. Aún no me ha devuelto la llamada”.

Powell está expresando una frustración común. El Rey Sisolak se ha refugiado lejos de los millones de nevadenses a los que su emergencia les ha hecho daño. A veces pasa semanas sin dar una conferencia de prensa. He escuchado de varias personas que su jefa de gabinete, Michelle White, es la que dirige el show. White tiene experiencia en campañas políticas, no en la gestión del gobierno estatal. No es de extrañar que el personal del gobernador pueda conseguir que lo destaquen en CNN, pero que no encuentren a alguien que arregle el desastroso sistema de desempleo de Nevada.

Es probable que el verdadero problema del Speedway no fuera la seguridad, sino la óptica. A principios de este mes, el Rey Sisolak lanzó un ataque de histeria sobre el presidente Donald Trump en dos reuniones políticas. Dijo que las manifestaciones “imprudentes y egoístas” de Trump pusieron “incontables vidas en peligro”. Casi dos semanas después, la ola de muertes profetizada aún no se ha materializado.

Pero el gobernador se habría visto increíblemente hipócrita con la aprobación de ocho mil fans después de esa diatriba de alto perfil. “Su Alteza” preferiría mantener la economía de Nevada en el retrete que admitir que la política partidista motivó su falsa indignación.

Movimientos como este son parte de la razón por la que Nevada tiene la tasa de desempleo más alta de la nación, con un 13.2 por ciento. Como destino turístico, el coronavirus siempre devastará la economía de Las Vegas, pero Texas encontró una manera de ser anfitrión de las National Finals Rodeo. Sisolak no lo hizo. Sus restricciones innecesarias y sus miedos siguen empeorando las cosas.

A menos que el Rey Sisolak cambie de rumbo, las gradas del Speedway proporcionan un aterrador anticipo del futuro de Las Vegas, mucho más vacías de lo necesario.

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